Tiffany Rousso quería polla, pero estaba de viaje y no tenía nadie conocido cerca. No pasa nada, la rubia se baja a la cafetería del hotel a tomar un té, pero lo hace con falda y sin bragas. Le gusta jugar, así que se lo pasa de puta madre enseñando su coño disimuladamente a los tíos que hay en el bar, alguno por mirar demasiado hasta se lleva alguna hostia de su novia, jaja. Al final el que triunfa más es el camarero, que se mete detrás de unos arbustos y le pega una buena follada a la zorra rubia.
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